Salud Mental

Crisis parciales complejas del lóbulo temporal: aspectos neurológicos y psiquiátricos

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Erika Navarro Carpentieri
David King Stephens

Resumen

Las crisis parciales complejas (CPC) pertenecen al grupo de las crisis focales, caracterizándose por presentar alteraciones en la conciencia, la presencia de una aura y sintomatología psicosensorial, cognoscitiva, afectiva y psicomotora. Constituyen el 30% de las crisis convulsivas en el adulto y más del 70% se originan en el lóbulo temporal. Algunos aspectos fisiológico del sistema límbico son útiles para comprender las características clínicas y electroencefalográficas de las CPC. Las estructuras que con mayor frecuencia están involucradas son la amígdala y el hipocampo. Ambas presentan actividad eléctrica intrínseca, lo cual las distingue del resto de las estructuras cerebrales, y tienen importancia en los mecanismos que originan y propagan las descargas eléctricas. Estas dos estructuras influencian al sistema autónomo, a la corteza somatomotora y a los diferentes aspectos del comportamiento y la memoria. Algunos estudios neurofisiológicos apoyan la hipótesis de que estas estructuras constituyen el sustrato funcional que permite al individuo relacionar estímulos externos con experiencias pasadas para generar estados motivacionales. La etiología de los focos epileptogénicos del lóbulo temporal se divide en lesiones focales discretas, lesiones circunscritas y anormalidades menores. Existe controversia en cuanto a la existencia de manifestaciones psiquiátricas en los periodos interictales. Los problemas metodológicos constituyen la base para la discrepancia en los diferentes hallazgos reportados. Ejemplos de estos son: la falta de grupos control adecuados; la falta de estandarización de los instrumentos de evaluación y las diferentes connotaciones asignadas al término "psicopatología". De la literatura revisada se puede concluir que la incidencia de psicopatología es similar en los grupos de pacientes con CPC y en aquellos con epilepsia generalizada. Aunque el diagnóstico de las epilepsias se basa en la clínica, el electroencefalograma (EEG) es el instrumento diagnóstico con que se comparan los demás métodos diagnósticos, aunque carece de sensibilidad y especificidad. Existen numerosos patrones electroencefalográficos que son morfológicamente epileptiformes pero no epileptogénicos, por lo que carecen de utilidad diagnóstica. Recientemente, nuevas técnicas invasivas y no invasivas han ampliado el conocimiento y la sensibilidad del diagnóstico de las CPC. Estas técnicas incluyen a la imagen por resonancia magnética, la tomografía axial computarizada, la medición del flujo sanguíneo regional cerebral y la tomografía por emisión de positrones. El tratamiento médico a base de la monoterapia (carbamazepina o fenilhidantoína) logra controlar el proceso epiléptico en el 70% de los pacientes. La utilización de dos anticonvulsivantes no aumenta la respuesta terapeútica pero sí la toxicidad. Algunos pacientes son candidatos al tratamiento quirúrgico por presentar crisis convulsivas intratables.
Palabras clave:
epilepsia, neurociencias, neurofisiología, neurología, psicobiología, psiquiatría clínica