Oliver Sacks: In memoriam
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Resumen
Cuando muere un hombre, nadie le puede sustituir. Está muerto, y nadie puede pensar, sentir o escribir sobre lo que platicó, sintió o pensó, porque esa persona era única y nadie vio el mundo como él. La tragedia es peor cuando esa persona haya desarrollado una visión del mundo que nadie había concebido antes de él.